Las artes escénicas han tenido siempre la salud mental como temática de interés. La narración de vidas y experiencias singulares, la existencia, la marginalidad, la locura, los miedos. ¿Pero cuál es la razón y al mismo tiempo hace la diferencia con lo que está reflejando la cartelera teatral en estos momentos y la eclosión de espectáculos relacionados con este tema?
No hay dudas de que la salud mental ha irrumpido en nuestras conversaciones como quizás no se había dado anteriormente y que, por otra parte, la creación artística local está también relacionada con las políticas públicas donde la salud mental está cada día más presente. Pero quisiéramos ir más allá.
Observando con algo más de intuición que de rigor histórico, nos atrevemos a conjeturar que al drama existencial, al sufrimiento individual ya nuestra comprensión generalizada en la que vinculamos la salud mental al diagnóstico psiquiátrico, estamos sumando una perspectiva política, colectiva y cotidiana. Estamos evolucionando hacia una mirada en la que la salud mental no es sólo territorio real en Dinamarca ni tiene lugar a las 4.48 de la madrugada. Las artes escénicas están haciendo una revisión de la idea de que como sociedad tenemos de la salud mental.
Tomamos como ejemplo cuatro espectáculos en nuestra cartelera que recientemente se han situado en esta órbita:
En el espectáculo A la deriva (Marta Montiel/Elies Barberà/Lara Díez Quintanilla), podemos oír testimonios a través de un dispositivo Verbatim de una diversidad de voces, diversidad de perfiles, diversidad de experiencias y diversidad, como expresa el poema de la Princesa Inca, de verdades, o más bien, ausencia de ellas. Ya os podéis guardar la fecha 2 de junio para ver este espectáculo en l’Altre Festival!
La revista TeatreBarcelona visibiliza La transformación de la salud mental a través de les arts escénicas.